El abogado expuesto

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Corrupción política, escándalos financieros, macrocausas… Los últimos años están siendo prolíficos en juicios mediáticos, con una consecuencia clara: Los abogados (a nivel individual, y como colectivo) están más expuestos que nunca a la opinión pública. Hoy, lo que el abogado dice, cómo lo dice y por qué lo dice es sometido a un examen exhaustivo tanto por los medios de comunicación, como por la opinión pública… y susceptible de ser utilizado en su contra por la otra parte. Los asuntos «politizables» además generan un debate adicional en el que los grandes grupos mediáticos trasladan su batalla personal a través del juzgar… el juicio.

La comunicación en el sector legal siempre ha sido, y será, una necesidad a cubrir de la mejor manera posible. Los juicios mediáticos no son más que la expresión más visible de lo que se puede ganar o perder a través de una estrategia comunicativa correcta o errónea. Los errores de comunicación se pagan muy caros, más aún en la sociedad de la información, donde el eco de una noticia aparecida en televisión o en prensa tiene una repercusión inmediata a través de las redes sociales, donde la realidad puede terminar distorsionándose y quedar totalmente fuera de control.

EL PRIMER AFECTADO: EL CLIENTE.

Términos como «pena de telediario» o «paseillo» han pasado a formar parte del léxico popular. Es evidente que existe una relación directa entre los intereses del cliente de un abogado y su exposición a los medios. La estrategia procesal, la reputación… se van a ver seriamente comprometidas si la comunicación no es la adecuada. Y, ¡ojo! Comunicar va más allá de aparecer en una rueda de prensa expresando una opinión o reportando la sesión del día. El lenguaje no verbal, por ejemplo, transmite más veracidad que frases que parezcan impostadas.

LA MARCA PERSONAL DEL ABOGADO Y SU DESPACHO.

El beneficio del cliente es claramente el foco principal de interés para el abogado, pero también debe considerar los efectos que la comunicación tendrán en su marca personal y en la de su despacho. Puede ser identificado como el héroe, o como el villano. Como alguien que sabe lo que hace, es batallador, lúcido… o por el contrario, alguien rendido y sin capacidad para sacar adelante el juicio. Corre el riesgo de que su imagen se vincule directamente con su cliente, o puede conseguir una proyección única de su propia imagen, y de la de su despacho. Factores como los rótulos bajo la imagen del abogado entrevistado son detalles a cuidar, para estar seguro de que el mensaje que aparece es el deseado.

LOS EXPERTOS EN LOS MEDIOS.

Este es un caso muy particular de exposición en los medios: Cuando el programa de televisión, o de radio, o un periódico, usan la figura de un abogado no vinculado al juicio como «experto independiente». Este abogado también enfrenta retos en materia de marca personal y de su despacho, y debe ser capaz de aprovechar esa ventana de visibilidad al máximo para posicionarse correctamente.

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LAS CLAVES DE LA COMUNICACION PARA UN ABOGADO.

Llegados a este punto, es importante señalar algo: La comunicación no es importante solo cuando se está expuesto a los medios. Estamos comunicando siempre, de manera consciente o inconsciente. Así que es una herramienta que podrá beneficiarnos o perjudicarnos en nuestros intereses. ¿Ejemplos? Cualquier reunión con un cliente. O una ponencia. O el contenido del blog. A lo que nos enfrentamos es a canales diferentes, que requieren de una adaptación por nuestra parte para obtener el máximo provecho de cada uno de ellos. ¿Cuáles son las claves para conseguirlo?

  • Objetivos: Lo primero, tener claro qué es lo que queremos conseguir. Estos objetivos variarán según el momento o el motivo de la comunicación, pero sin duda lo que tienen que estar es bien alineados con los objetivos estratégicos de la firma. En otro caso, corremos el riesgo de estar comunicando en una dirección opuesta a la que deberíamos, generando, como poco, confusión en nuestros clientes.
  • Estrategia. Unos objetivos claros nos darán la capacidad de pensar en cómo lo vamos a lograr. Definir los canales de comunicación y la manera en la que vamos a trabajarlos.
  • Herramientas: La web, los folletos y documentación comercial, el discurso comercial… son ejemplos de las herramientas de las que nos vamos a servir para luchar por conseguir nuestros objetivos de comunicación.
  • Mensaje: Será uno, o habrá varios (dependerá de los objetivos…) y tendrán que adaptarse a los distintos canales de comunicación que estemos empleando. No es lo mismo disfrutar de 2 minutos de tiempo ante una cámara, que enviar un mail informativo a la base de clientes, o que «colgar» un video corporativo en el canal de Youtube del despacho.
  • Habilidades. Hablar bien en público, y de una manera eficaz. Tener un lenguaje corporal adecuado. Saber redactar un post. La utilización de las redes sociales. Y así, un largo etc. Las habilidades y competencias comunicativas son un nuevo reto para el abogado, que pueden adquirirse a través de formación y constancia.