Legal Hackathon III, Madrid: Gracias a todos.

Esta entrada no va a ser un resumen del Legal Hackathon, al menos no uno al uso, porque ya se nos han adelantado, y además con muchísimo talento. Por ejemplo, y por orden cronológico, Andrea Ortega en su blog Global Legal Challenges, o Bárbara Román, la grande, grandísima presentadora del evento, hoy mismo en Eventos Jurídicos. No, esta entrada va de cómo lo hemos vivido los organizadores, y de agradecer el esfuerzo, dedicación e ilusión de todos los participantes en este evento.

El gran objetivo: Transformar el sector legal.

Como dije en la inauguración de esta Tercera Edición, cuando empezamos con esta idea todo el mundo pensaba que era una marcianada. Lo de juntar nuevas tecnologías y sector legal en España, cuando todavía hablar de Legaltech era algo sólo para iniciados, asustaba, y mucho. Pero aquellos dos elementos, agua y aceite, que no encontraban un buen acomodo, lo hicieron en nuestro evento, el primero en España. Es algo que llevamos en el ADN de Tucho, transformar el sector legal. Y ese es el gran objetivo que perseguimos con el Legal Hackathon.

El trabajo que no se ve.

Cuando decidimos sacar adelante la primera edición del Legal Hackathon sabíamos que iba a haber mucho trabajo detrás. Pero mucho. Y así fue, y sigue siendo edición tras edición. Intentamos que todo parezca sencillo, pero para conseguirlo son meses de trabajo duro y silencioso, de contacto, coordinación, preparación… Y aquí tengo que hacer el primer y merecidísimo alto en el camino para nombrar a una persona: Mi socio, Ignacio Rodríguez, que es el alma del evento y está al pie del cañón en todos los frentes.

La recompensa: Ver que hay hambre de innovación en el sector legal.

Cuando por fin se levanta el telón, y arranca todo, los nervios están a flor de piel. Hemos llegado a ese momento cuadrando el círculo, dando solución a mil y un detalles, y con miedo de no haber solucionado aunque sea uno sólo y que pueda perjudicar a la experiencia del público y los concursantes.

Todo va, todo fluye, aunque a veces haya que dar un empujoncito para que el impulso no se pare. Las ponencias son ágiles, con ideas potentes. Los concursantes se entregan a una noche sin dormir y nos sorprenden con unas soluciones de un nivel impresionante. El público (en la sala, y en las redes) nos da un feedback poderoso; lo bueno nos anima, y lo menos bueno nos da claves para mejorar en la próxima edición.

¿He nombrado las redes sociales? Estamos encantados con la experiencia. Brutal. Mucha participación, que ha hecho que fuésemos TT en Madrid ese fin de semana. Una sensación de comunidad enorme y poderosa.

Cuando se acaba todo, la sensación de alivio es enorme. Todo ha ido más que bien, todo el mundo está contento. Ahora «sólo» queda cerrar todos los flecos pendientes, lo que significa que todavía hay unos cuantos días por delante en los que, aunque no se ve, la Tercera Edición sigue viva. Pero ya tenemos nuestra recompensa: El premio de saber que el evento tiene una salud formidable, y que poco a poco se va convirtiendo en un referente.

Adios Madrid, hola Málaga.

La mejor prueba de que el evento está muy vivo es que hemos tenido el privilegio de poder anunciar ya donde va a ser la cuarta edición: Málaga. A partir de ahora, toca analizar lo bueno, lo regular y lo malo del paso por Madrid, sacar nuevas ideas y prever qué «combustible» (lease patrocinio) vamos a necesitar para alcanzar los objetivos que nos marquemos.

Gracias a todos.

Puede que la sensación de agradecimiento sea la que más huella me esté dejando. Estoy agradecido a todos los que de manera directa o indirecta han hecho posible que el Legal Hackathon Madrid haya sido un exitazo. A los concursantes, a los ponentes, al público, a los media partners, a los tuiteros, a los sponsors… Y muy especialmente, al equipazo que ha trabajado en que todo se haga. Gentzane en las redes, Jone y Miren en la organización, Gorka en la cámara, Rubén en el diseño, Bárbara al micro, Victor en la parte técnica del concurso… El staff es de unas 15 personas, y sin su aportación, nada habría sido posible. Gracias de verdad. A todos.