¿Qué piensan los jóvenes abogados? Charlo con 3 para saberlo

¿Qué piensan los jóvenes abogados? La idea de este post surgió a finales del año pasado, a raiz de la lectura de un artículo acerca de las preocupaciones de los jóvenes abogados que me dejó bastante inquieto, porque si en vez de jóvenes abogados el artículo hubiese hablado de profesionales con 20 años de práctica a sus espaldas, me hubiese quedado igual. Me explico: Ley de tasas, justicia gratuita… sí, son preocupaciones que comparte toda la profesión. Pero ¿eso es lo que de verdad está en las cabezas de las personas que serán el futuro de los despachos?

Por ello, me puse en contacto con 3 brillantes promesas del Derecho; Maite, Gentzane y Ugaitz (debajo os dejo los links a sus perfiles en Linkedin, para que los conozcáis mejor. Solo recordad que yo los vi primero y me arrogo la preferencia a la hora de incorporarlos en mi equipo)

Maite Zameza:

Maite

Gentzane Gurrutxaga:

Gentzane

Ugaitz Etxebarria:

Ugaitz

La conversación fue distendida, agradable y, en muchos momentos, apasionada. Si, hay pasión en sus palabras, la misma que tienen por su profesión. E inquietudes, muchas. En este post os dejo las principales ideas que extraje de la misma. Y, tanto si eres una joven promesa del Derecho como si eres un profesional con una larga trayectoria, me encantará oir tu opinión.

Sobre el escenario actual de la abogacía:

  • La ley de tasas: Sí, les preocupa, pero no es la principal de sus preocupaciones. Ir a juicio les parece algo lejano, y además tienen una idea muy clara: La abogacía es más que ir a sala.
  • Perciben que la profesión está desprestigiada, por el impacto que recibe la sociedad (gracias a la fácil difusión de la información que aportan las nuevas tecnologías) sobre malas prácticas, arbitrariedad de la justicia… y porque los clientes cada vez son más conscientes de cuándo están recibiendo un mal servicio. Al mismo tiempo, piensan que esos mismos clientes no saben cuál es el verdadero trabajo que hay detrás del servicio de su abogado.
  • Innovación en el sector: Los grandes despachos sí son innovadores, no así el grueso de ellos. Ven el sector como anticuado, y sin mucho interés por modernizarse, sobre todo en el segmento de profesionales con más años de práctica, a los que achacan temor ante el cambio, que amenazaría su status quo.
  • En general, creen que es necesario que todo el sistema se modernice; Instituciones, despachos, abogados, Colegios… Los servicios legales cambian. Las nuevas tecnologías posibilitan a los ciudadanos ocuparse por si mismo o por otras vías diferentes a la tradicional de cada vez más asuntos. La profesión debe reinventarse.

Acerca de su paso por la Universidad:

  • Lo ven como el primer síntoma de que la profesión está anticuada, y no entienden cómo sigue habiendo asignaturas como Historia del Derecho. Se la comparo con Historia Económica, en las carreras vinculadas a las ciencias económicas. A esta comparación me responden: La Historia Económica permite comparar situaciones actuales con situaciones pasadas y ver coincidencias. En Derecho, eso se llama Jurisprudencia.
  • Reclaman más conexión entre la Universidad y el mundo real. Se dan cuenta de que al salir de la facultad serían incapaces de llevar adelante un juicio por si mismos, lo que a su vez hace todavía más necesaria una buena política de prácticas.
  • Quieren otro tipo de formación más allá de la meramente técnica: Por definición, son futuros profesionales liberales, que no reciben formación en emprendimiento, habilidades, gestión…

Sobre su inserción en el mercado:

  • Acceso a la profesión: Aunque a ellos ya no les aplica la necesidad de pasar el examen de acceso, son conscientes de las limitaciones que supone para los estudiantes que están a punto de acceder al mercado. Piensan en términos de costes, por la obligatoriedad de realizar un master. Lo que me llama la atención es que se sienten confundidos, porque han oído que otros profesionales no vinculados a la carrera de Derecho podrían acceder a la práctica legal cursando el master y pasando el examen.
  • Colegiación obligatoria que deben pagar de su bolsillo, junto a prácticas obligatorias poco o nada remuneradas, lo que supone un desafío a sus mermadas posibilidades económicas y un retraso a sus ambiciones de emancipación.
  • Las prácticas: Saben que son necesarias, porque necesitan ganar la experiencia necesaria para poder llevar asuntos por si mismos. Al mismo tiempo, creen que el sistema de prácticas no resulta efectivo para lograr este objetivo, y eso que ellos se saben afortunados con la experiencia que han tenido,  por comparación con sus amigos y conocidos de la carrera. Me hablan de casos en los que los nuevos abogados se limitan a realizar fotocopias, y no aprenden realmente nada que les ayude a ser un activo de valor para un despacho. Solicitan que se realicen más controles sobre la calidad de las prácticas, sobre todo cuando los periodos de prácticas se van concatenando.
  • La crisis: Creen que les afecta más que a otras profesiones (si buscas trabajo en la empresa, te va mucho mejor si eres ingeniero. Ahora mismo, se solicitan ingenieros para todo) y me comentan que aquellos que salieron al mercado antes del inicio de la crisis y no encontraron trabajo se han quedado descolgados. En el caso concreto de los abogados, ven cómo cada vez se le da más importancia al haber realizado las prácticas en alguna de las Big 4.

Emprendimiento:

  • Les pregunto si son una profesión de emprendedores. Están totalmente de acuerdo; No. Solo una minoría abre despacho propio, y les parece que en la mayoría de los casos, siguen siendo personas que cuentan con una tradición o recursos familiares potentes a sus espaldas.
  • De alguna manera, ven que la vena emprendedora se escapa del ejercicio del Derecho y se dirige más a un tipo de emprendimiento en empresa que a la generación de servicios jurídicos.
  • Los costes de apertura de un negocio (colegiación, alquiler…) les parecen una barrera de entrada importante, con un problema adicional: No se conciben como competitivos en un mercado de servicios generales, porque la acumulación de experiencia de los despachos existentes les deja fuera.
  • Oportunidades: las hay. Dado que las áreas tradicionales están copadas y carecen de la experiencia necesaria, saben que hay que fijarse en áreas novedosas, en las que el conocimiento se está gestando en estos momentos. Por ejemplo, en lo vinculado a las nuevas tecnologías.

Sobre el futuro:

  • La primera respuesta es “Puffffffffff” para acto seguido hacer algo que me llena de esperanza. Se miran entre ellos, sonríen. Confían en ellos mismos. Confían en su energía y en sus ganas de hacer cosas innovadoras. Creo que tienen razón. Son trabajadores incansables, inteligentes, versátiles. Se lo merecen.